El mostrador. Clave para el éxito

Lo primero que nos llama la atención cuando vamos por la calle en busca del producto anhelado, es el escaparate. Si el escaparate nos parece atractivo entonces entramos en el establecimiento. Cuando entramos sentimos algo, todo el mundo siente algo al entrar en un lugar. Se siente cómodo o incómodo. Es una cuestión de sensaciones y esas sensaciones vienen dadas por las proporciones, la iluminación, los materiales, el mobiliario, los colores… y el mostrador.

Normalmente permanecemos en el comercio si nos sentimos a gusto, lo que hará que demos un paseo para ver los artículos disponibles y por qué no, realizar alguna compra.

De manera que si entramos y nos quedamos porque hemos tenido una buena sensación de entrada, el primer elemento que identificaremos dentro del establecimiento será el mostrador, por ser uno de los elementos claves dentro del comercio.

Mostradores para cada tipo de comercio

Hay mostradores de muchas formas y diseños, pero lo más importante es que el diseño del mismo encaje con el resto de equipamiento del local y que su ubicación sea la adecuada para el tipo de negocio que ocupa.

Aunque pensemos que el mostrador se pueda llegar a situar en cualquier lugar al azar, no es así. El mostrador siempre se sitúa en un lugar estratégico y cuidadosamente analizado.  Es el punto donde además de efectuar la compra, podremos encontrar detrás de él una opinión, un consejo, una ayuda, una recomendación. Es el punto de contacto entre el cliente y el vendedor y por ello representa el icono de la marca. De ahí que el mostrador sea uno de los elementos más importantes y estudiados en cualquier proyecto comercial.

La localización del mostrador ha sido objeto de estudio por expertos en decoración y estrategias de estrategias de merchandising. Prueba de ello son las diferentes conclusiones indicando que la localización del mostrador sigue una estrategia muy marcada, generalmente variando entre el tipo de negocio y la forma del espacio disponible en el local comercial.